EDITORIAL
Las negociaciones o mediaciones que se llevan a cabo en Costa Rica, para dilucidar el golpe de Honduras es otra de las estratagemas del imperio para ocultar la cara de su participación y ganar tiempo ante la opinión mundial. Abrir los ojos, no nos dejemos engañar más.
La prensa de Honduras recibió con bombos y platillos a Micheletti y en sus eufóricas palabras al arribo a Tegucigalpa dejó clara la estrategia imperial: “Estamos bien sin novedad y contentos, sabemos que la situación con los demás países de América y del mundo es un poco difícil, pero tengo mucha fe en Dios que poco a poco vamos a ir recuperando esa credibilidad que necesitamos”. Decirle al mundo tales expresiones ofende y mancillan la dignidad de los hombres y mujeres humildes del planeta. Ante la falacia fascista y el curso que toman los acontecimientos el pueblo tiene la formula para vencer: resistir y luchar en las calles de Honduras. Manifestarse no solo en Tegucigalpa en todos los confines de su geografía.
Cundo los historiadores y analistas políticos se reúnan hoy o dentro de 20 años coincidirán en como junto al silencio mediático, las palabras no acompañadas de los actos, tanto de una parte como de la otra, la falta de decisión y la cobardía política incidieron en disímiles errores que se pagan caro cuando hay que preservar las conquistas de las revoluciones democráticas participativas.
Para los golpistas ganar tiempo significa que los tengan en cuenta en los diálogos como está ocurriendo. Ganar tiempo para desorganizar el pueblo, perseguir a sus líderes, encerrarlos o desaparecerlos. Ganar tiempo para demostrar y justificar lo injustificable de un golpe que no fue solo a Honduras sino a todo el continenente.
Estados Unidos puede resolver este problema en cuestiones de minutos, pero no lo hará porque le conviene que en América, su traspatio, perdure el sistema capitalista avasallador y explotador de las riquezas. Atrasar la historia y volver a los ambientes de dictaduras militares es el propósito de los círculos de poder que están hoy detrás de los acontecimientos de Honduras. Raúl Castro, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba en la reunión de Nicaragua sentenció: “En Honduras solo hay y puede haber un Presidente. José Manuel Zelaya debe regresar de manera inmediata e incondicional al desempeño de sus responsabilidades (aplausos). Pensamos que no puede haber negociación alguna con los golpistas, ni condicionamiento o exigencia de ningún tipo al gobierno legítimo del Presidente Zelaya”. Más adelante en su intervención Raúl expresaba: “El Gobierno de los Estados Unidos debe actuar en correspondencia con sus pronunciamientos y asumirlos con toda seriedad. Creo en la sinceridad que puede demostrar el presidente Obama y su Canciller, pero tienen que demostrarla con hechos, no con palabras”.Adelantar las elecciones presidenciales es una salida que legitima el golpe, acción que se rie y burla del pueblo de Honduras y de la opinión publica mundial. No permitir esas elecciones es defender el honor y la dignidad tal como ha expresado la carta de los intelectuales a la Clinton: “Otra cosa que no sea la urgente restitución del presidente Manuel Zelaya en el cargo sería una usurpación de los deseos del pueblo hondureño”.Los medios alternativos no podemos detenernos en nuestro combate frente a la infamia, porque nuestro compromiso es con el pueblo hondureño y por preservar la verdadera democracia en América que ha sido invadida por una junta fascista, de permitirlo los golpes de estado volverán hacer acto de presencia en nuestro continente. Como nunca se necesita de los medios alternativos, del entusiasmo y la eficacia informativa. Pongamos en los principales títulos las acciones de los hombres y mujeres hondureños que engrandecen la patria americana. En nuestros sitios no habrá cabida para los deshonestos, cobardes y pusilánimes.
Fidel en su última reflexión nos dejó un mensaje tempranamente: " Los golpistas, acorralados y aislados, no tienen salvación posible si se enfrenta con firmeza el problema".
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