sábado, 21 de mayo de 2011

[mmsc] Dialogo de Alfredo Guevara dl Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos con estudiantes universitarios


Versión de la conferencia de Alfredo Guevara en la Facultad de Comunicación UH
(5 de mayo de 2010)

Alfredo Guevara:
Me hubiera gustado tanto ver una película para empezar porque aunque
soy un cineasta parcialmente de vacaciones me sigue interesando el
cine y descubro en algunos cineastas grandes lecciones del periodismo.
Del periodismo que debía ser. Me refiero a la película que sirvió para

finalizar el 31 Festival de Cine, la película sobre Chávez que hizo
Oliver Stone, creo que son de las últimas películas-reportajes una
gran lección de periodismo.

Tengo muchos años pero he pasado la vida entera militando a favor de
una causa u otra. Muy joven era anarquista, después devine marxista,
he sido siempre un libertario y lo voy a seguir siendo. Lo primero que
quiero decir a partir de mi propia experiencia es que un periodista
que no milite en lo que quiera no podrá ser jamás buen periodista.
Puede ser un periodista a la usanza occidental de la cual formamos
parte, de Occidente, de este mundo iniciado por los griegos y que ha
llegado hasta nuestros días con algunas marcas desde entonces. Aunque
evolucionando hasta los conceptos, y naturalmente para expresar los
conceptos revolucionando la palabra entre ellas la palabra democracia.
Empiezo por hablar de militancia pero no estoy hablando de militancia
partidista, estoy hablando de pasión. De creer en algo y entregarse a
ese algo a toda costa. El periodismo que se enseña en las escuelas de
periodismo de los países que conozco: Francia, España, Canadá. Bueno
no voy a hablar de los nuestros de América Latina que también conozco
pero que no pueden ser más subdesarrollados ni más miméticos de lo que
son, de serlo más simplemente no serían.

En esas escuelas la palabra objetividad tiene un gran error: la
objetividad suele ser una mentira. Yo tengo horror de ciertas palabras
en el terreno que me estoy situando, tales son objetividad,
prudencia…la objetividad siempre es una falsificación, la prudencia
siempre es una falsificación y las dos vienen acompañadas, quiéranlo o
no, de la mentira o de una mentira parcial. Hace apenas unas horas
tuve un encuentro con uno de los periodistas más destacados y, a
veces, no sé si voluntariamente o involuntariamente agresivo. Tuvimos
una conversación muy cordial con este periodista sobre una de las
manifestaciones de este tema: no la objetividad sino el equilibrio. Yo
no le pedía ni remotamente parcialidad, semi-parcialidad, reconocía
que no decía mentira, pero no decía tampoco verdad; decía en sus obras
la verdad que le convenía a sus objetivos. Es decir militaba o lo
hacía militar la publicación para la que trabaja. Cuando digo
equilibrio no digo objetividad: un periodista tienen que abordar la
objetividad tal y cual es, pero tiene que tener su objetividad,
debiera tener su modo de ver, diría mejor.

Recuerdo que cuando era muy joven, José Antonio Echeverría y yo
planeamos robarnos unos materiales de una empresa fílmica de cine y
noticiero, de la que era el propietario y director el señor Alonso.
Pero el plan que habíamos hecho se frustró, porque el proyecto
apareció en el bolsillo de alguien que cayó en el asalto al cuartel
Goicuría, no sabemos cómo ocurrió aquello. El proyecto se paralizó,
José Antonio fue asesinado y yo me quedé en aire. Y un día lo realicé.
Consistió en tomar los materiales de esta gente que estaba vendida a
Batista, filmados a favor de la dictadura y convertirlos en material a
favor de la Revolución. No hay nada más fácil para hacerlo si uno
tiene la técnica y un poquito de talento, es decir: tomas las imágenes
le das otro montaje, otra edición, un texto adecuado, le pones la
música que haga vibrar el corazón de los espectadores. Estos
materiales no los usamos en Cuba pero lo usamos para la solidaridad
con la Revolución en Estados Unidos y en algunos países de América
Latina. Y las salas de cine vibraban ante un material que defendía la
Revolución, denunciaba al batistato y que había sido filmada a favor
de Cuba. Yo no les puedo mostrar esos materiales porque ahora están
perdidos en los archivos del ICAIC donde los deposité, algún día
aparecerán, esas cosas son así.

Pues Oliver Stone realiza lo mismo con Chávez, toma las noticias de
los noticieros norteamericanos -claro que en este caso las compró, no
las tomó- y va demostrando cómo va siendo convertido en un demonio
Chávez. Yo soy de los que cree -y por favor entiendan mis palabras-
que la verdadera inteligencia siempre tiene un poco de demoníaco. Si
no hay un poco de diablura, la inteligencia no se da del todo. Oliver
Stone hizo más coherente a Chávez. Yo soy un chavista rabioso contra
mi voluntad porque admiro la obra y no soporto el lenguaje. Ese no
soportarlo no es permanente; hay momentos de Chávez que son
brillantes. Cuando uno hace un montaje lo hace a favor de lo que cree.

Qué tristeza me da pensar, no en ustedes, pero en tantos jóvenes que
encuentro en nuestro país, vacíos e insensibles a algo muy importante.
Las cosas que vivimos en la vida cotidiana son demasiados duras,
demasiado amargas, a veces nos lastiman tanto en la vida y en la vida
de nuestras familias, y es lógico que se desarrollen ciertos rasgos de
insensibilidad, de desesperación y de rechazo; que el lenguaje de la
Revolución a veces resbala, no de la Revolución, sino de los
personeros, voceros… bueno en nuestro terreno, en el terreno de la
prensa, en el terreno de la televisión. No sé en la radio porque la
oigo poco; me han dicho que es mejor. Ojalá que así sea. Pero lo
cierto es que nuestra prensa es muy pobre, no es convincente y aun en
los mejores casos como Juventud Rebelde, que empieza a mostrar una
cierta transformación, tampoco logra golpear como yo quisiera que
golpeara nuestra prensa. Pero eso no depende de falta de pasión o
insensibilidad, depende de normas. Ustedes tienen una suerte enorme:
ser muy jóvenes, a ustedes les tocará, según se desarrolle la
Revolución y se puedan dar algunos pasos que hay que dar para no
perecer. Que hay que dar y que se darán, con voluntad o sin voluntad;
yo creo que con voluntad.

Yo no represento mi generación porque no cumplo cargo alguno, pero la
represento ante mi conciencia porque somos muy poco los que quedamos;
se está exterminando muy lentamente por razones biológicas, la
generación que protagonizó desde el inicio el proceso revolucionario.
Pero está Raúl ahí y algunos otros en los que confío totalmente. Yo
creo que los pasos que hacen falta dar se van a dar vivos nosotros,
porque si no fuese así, en la Historia será algo terrible. Sería
terrible que la interpretación que después hagan los historiadores de
la primera generación sea que no fueron capaces de dar este paso. Yo
creo que aquellos a quienes les toca, están listos para dar el paso,
lo importante es que ese paso se dé y que los interpretadores del
futuro no tengan que decir: tuvieron que desaparecer biológicamente
para que ese paso se diera. Es un paso que no entra en ruptura ni
remotamente con la vocación socialista del proceso revolucionario y de
su vanguardia, vanguardia que se va renovando -más lentamente, menos
lentamente- y de la que acaso muchos de ustedes pasarán a formar parte
en el futuro. En realidad hasta que no se tiene la responsabilidad en
la mano -la responsabilidad con poder de decisión- no crecen los seres
humanos, se convierten en adormilados seres más o menos adormilados,
esperando a ver cuáles son las decisiones. Pero estoy seguro que
cuando a ustedes o a otros de su edad, les toque hacer lo que haya que
hacer y tomar decisiones, algunos demostrarán que no sirven mucho,
otros demostrarán que sirven un poco y algunos serán protagonistas de
la nueva vanguardia. Volvamos al periodismo, decía que solo desde la
militancia -que es así como llamo a la pasión y a la parcialidad
apasionada- se puede hacer, para mí, verdadero periodismo. Desde muy
joven todo el grupo de mi generación hacíamos periodismo. Raúl, en la
Universidad, dirigía el periódico Saeta; Martí se sirvió de un
periódico; Lenin no consideraba que se podía llevar a adelante la
Revolución sin un periódico, sin un documento de expresión; y así el
periódico es siempre el heraldo en el que se recogen el conjunto de
ideas que hayan de movilizar la conciencia para hacer algo. Si algunos
de ustedes, instruidos por las ideas que todavía circulan, creen en la
objetividad, bueno, ya tendrán tiempo de desilusionarse. Gran
periodismo lo hace quien tiene grandes pasiones: Martí fue uno de
ellos, hizo gran periodismo internacional; Carlos Marx, Alejo
Carpentier, García Márquez, Mariátegui; y Mella fue gran periodista en
su cortísima vida. Defendiendo causas: ese es el verdadero periodismo.
No obnubilado por defenderla a toda costa. Leerse un trabajo
periodístico de Carlos Marx o de José Martí es ver trabajos de verdad
profundos, que persiguen una causa y un objetivo. Yo no sé cómo les
enseñan a ustedes el periodismo. No hay muchos ejemplos para
demostrar, en la Cuba de hoy, de gran periodismo; para que les sirvan
de modelos. Yo creo francamente -y es lo que defendí en el cine en mi
época del ICAIC- que hay que partir siempre del ejemplo más alto, hay
que proponerse ser el mejor de los mejores; si lo logran o no, es otra
cosa. Pero Dios mío, qué ejemplo les podemos poner. Dónde están esos
paradigmas en nuestro periodismo; no sé los profesores que estén aquí
cuánto trabajo pasarán para citar un paradigma contemporáneo en el
periodismo. Pero yo soy un optimista profesional y yo estoy seguro -y
por eso me he atrevido a venir aquí- que si ustedes se preparan bien,
si siguen el camino de cultivarse profundamente y con rigor, de
abrirse el abanico a todas las manifestaciones de la cultura, podrán
ser algún día, -y cuando las oportunidades lleguen (que no tardarán)-
eventualmente, grandes periodistas.

Preguntas de los estudiantes

Daylé 5º Comunicación Social:

1-Pregunta sobre el proceso migratorio cubano a partir de 1959 y su
representación por parte del ICAIC.

Alfredo Guevara: Yo creo que en estos 50 años el concepto emigración
no ha evolucionado como tenía que hacer. La palabra emigración puede
tener un concepto para ti, pero para la dirección de emigración de
Cuba sigue teniendo el mismo concepto que tenía en el 59. Y las reglas
del juego si no son las mismas son parecidas. Por tanto la Revolución
está comprometida con esa política y yo como revolucionario que no
flaqueo estoy también comprometido con esa política que odio. Tengo la
característica de no haber sido nunca calificador, para mí gusanos
como se usó en los primeros años del triunfo de la Revolución no
existía, y tengo la suerte de que soy uno de los que se le confió
iniciar los diálogos cuando comenzaron. Siempre ha habido emigración y
si o no hubiesen existido los cubanos de Tampa y Cayo Hueso. Nosotros
organizamos con el ICAIC, la primera reunión de intelectuales de Allá
y de Acá, y de intelectuales jóvenes, queda la documentación. En la
Universidad ha habido grupo de estudios que han estudiado estos
fenómenos y además en la Universidad de Miami, quien desee debe acudir
a ellos porque se encontrará un doble canal de información, el oficial
jurídico y el real de análisis. El ICAIC ha tenido esos momentos de
análisis, búsqueda, etc., y también de producción. Ya se anunciaba,
sin ser un film sobre la emigración, en Memorias del Subdesarrollo, de
Titón. Se anunciaba ese drama de la conciencia de quien está y no
está, que no sabe dónde está, que vive el desgarramiento que ha tenido
la familia cubana por todas partes. Un drama que de ninguna manera
considero yo justo ni sano que se haya propiciado: eso de no poderle
escribir a una madre o no poder recibir noticias de un hijo, es un
disparate y no dice bien de quienes personificaron o patrocinaron esas
políticas. Pero, al mismo tiempo, hay que decir una idea que siempre
he sostenido, una revolución no es un paseo por las riberas del mar o
de un río apacible. Es una tormenta. Es una conmoción descomunal que
rompe los cimientos de la sociedad. Destructoras para ser
constructoras. Y en ese camino le toca a una generación sufrimientos
indecibles y placeres memorables.

Ya dije antes que la verdadera inteligencia tiene algo de diabólica.
Los periodistas tienen que aprender a decir: lo mismo se puede decir
de modo imposible en determinadas circunstancias que de modo posible
en las mismas circunstancias.

¿Cómo ve las sustituciones recientes, estamos hablando de una
militarización en el Gobierno?

Alfredo Guevara: No sé si soy ingenuo, no lo creo a estas alturas,
aunque quisiera serlo aún. Yo creo todavía que nuestro ejército es el
pueblo armado. Yo no veo diferencias, a no ser en cuanto a la
disciplina –son disciplinas distintas-, entre un ciudadano de las
Fuerzas Armadas y un ciudadano que pasea por la calle 23, pero que
después va a trabajar al ICAIC. Hubo un tiempo en que yo era el
Presidente del ICAIC y andaba en uniforme y armado.

Ha habido mucho desorden en el Estado. El Estado ha sido por muchos
años el refugio de todos los… -no quiero calificar tan duro, voy a
decirlo, pero fíjense que lo digo con amor-; ha sido el refugio de
todos los vagos y de toda la gente que sirve para mucho.

Vamos a olvidarnos de los burócratas, que son una plaga. Pero, ¿ha
habido eso en el Ejército? Da la casualidad que no.

Llegó un momento en que se cayó el mal llamado Campo Socialista -que
de todas maneras era un pedrusco en el camino del Imperialismo- y,
especialmente, la Unión Soviética, que era originalmente un queso
hueco y podrido, no era socialismo, vaya.

¿Qué tuvo que hacer el Ejército? Pues tuvo que desarrollar la
industria de armamentos; tuvo que abastecerse de comida y, por lo
tanto, desarrollar en fincas la agricultura; etc. Es como un plan
piloto de lo que habría que hacer en este país.

Raúl ha respetado originalmente lo que había, pero según ha ido
haciendo comprobaciones…dónde va Raúl después de decenas de años
dirigiendo el Ejército y resolviendo estos problemas de que estamos
hablando y cuál va a ser su cantera. Hay dos canteras, para mí, en el
país: esa (las Fuerzas Armadas) y los iguales que ustedes en otros
terrenos; porque no vamos a resolver los problemas de la economía con
periodistas. Eso sería un disparate, esto con todo respeto hacia ustedes.

Esa es la respuesta que te doy, a mí no me preocupa. Yo creo que
tenemos que escoger otro camino, este y otro camino, pero que nos
llevará algún tiempo, como Estado y como vanguardia revolucionaria- si
es que lo seguimos siendo. Ese camino es llenar todo lo que se pueda
con think tanks, es decir grupos de reflexión y análisis, de diseño de
potenciales para aprovechar así el talento que hemos creado y que anda
por ahí, a veces sirviendo en las cafeterías.

Lidia 2º Periodismo:

1-“Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada”, ¿cómo
afecta esta frase el desenvolvimiento creativo, ideológico e
intelectual de los creadores en la Revolución?

2-¿Qué oportunidades y opciones tienen en Cuba las personas que no son
revolucionarias?

Alfredo Guevara: Voy a empezar por la segunda pregunta. Primero habrá
que preguntárselo a esas personas para que podamos evaluar cuáles son
las dificultades que tienen (a las que no son revolucionarias). Yo
tengo la convicción de que las personas que no son revolucionarias y
sobre todo las que ya no son nada, son tantas que ya no nos damos
cuenta quiénes son. Es una desgracia, una realidad, que yo si fuera
periodista y me dieran el chance de publicarlo como titular en el
Granma, no lo haría. Sino que como revolucionario militante que soy,
lucharía por desbaratar esa situación que tenemos, de masoquismo,
especialmente entre nosotros, de vacuidad, de banalidad. Dije en el
Instituto Superior de Arte, y parece que molestó a algunas gentes, que
si yo fuera un joven – lo soy, pero si lo fuera de verdad y no
necesitara de un andador- el viernes y el sábado estaría en esta calle
G con los jóvenes que están ahí.

Vamos a suponer que fuera lo que se supone que sería: un dirigente de
la juventud -porque siempre he sido un revolucionario militante-. Yo
estaría con los jóvenes allí, luchando por hacerle comprender cosas.
No como un catequista ni como un testigo de Jehová, pero luchando, luchando.

Yo creo que lo único que es inadmisible es el endogenismo de las
organizaciones políticas. Yo no sé cómo es la organización de ustedes,
la Juventud, no la voy a juzgar; pero sé como es la organización mía
del Partido -el núcleo quiero decir-. Nos reunirnos nosotros para
mirarnos las caras y decirnos no sé qué cosa y nos bajó esto y no
subió aquella otra cosa y después nos vamos para la casa y damos por
resuelto todo, pero resulta falso. Los revolucionarios o son
vanguardia o quieren serlo o no son nada, no son revolucionarios. Y
cuál es la tarea de la vanguardia, sumar. La vanguardia es el núcleo
estratégico. Es como las Cruzadas, qué hacían entonces, salir a
catequizar, a convencer y a sumar gente a las ideas de su
congregación. Yo creo que ese es el papel del Partido también. El
Partido es una iglesia, es decir, una congregación de mentes que
renuncia a parte de su libertad para sumar muchas libertades y
dedicarse a una tarea. Eso es lo que tiene que hacer la Juventud y el
Partido, sumar y sumar: explicar hasta lo que no tiene explicación;
buscar las explicaciones y si no las tiene, confesar “no tengo
explicación para esto”. No hay otro camino para dirigir un país y
acelerar el proceso de desarrollo hasta el punto que pueda haber
bienestar para todos. Defender lo defendible, aceptar lo no defendible
y hacerse así querido y respetado.

Puede defenderse el derecho a no ser revolucionario. Lo que no se
puede aceptar es la contrarrevolución, porque la contrarrevolución
activa es aceptar el suicido. Y la Revolución es una vanguardia
queriendo desarrollar un proyecto.

Jesús Arencibia, graduado de Periodismo y profesor de FCOM:

1-En muchos espacios intelectuales, como congreso de la UNEAC, se ha
criticado a la prensa y a la educación, pero a veces siento que no se
critican a los factores que regulan a la prensa y a la educación. ¿Qué
opinión tiene de estos factores reguladores?

Alfredo Guevara: Comenzaré por decirte que creo en el trabajo
intelectual, en la formación intelectual rigurosa y no creo en la
intelectualidad como un monolito, al menos yo no formo parte de ningún
monolito. Yo creo que hay intelectuales revolucionarios, militantes,
combatientes; que hay intelectuales respetabilísimos no
revolucionarios – con todo derecho a no ser revolucionario-; también
creo que hay intelectuales pre-post-castrista, que se están
preparando, sutilmente, tal vez casi inconscientemente, para lo que
vendrá después. Ellos tienen derecho a pensar que será (lo que vendrá)
esto o lo otro, pero creo que la vida ha ido demostrando en los
últimos años que, tal vez, van a llegar a una ancianidad más larga que
la mía esperando y esperando que el pre sea el post.

Yo tengo una gran confianza de ver todavía un Juventud Rebelde
multiplicado por diez. Nunca jamás recomendaré a nadie prudencia; te
recomiendo que combatas. Que expresen, que luchen, que acepten correr
riesgos. Porque esta vez los riesgos serán de otro carácter, y serán
una contribución revolucionaria dentro de la Revolución

Ivet González, graduada de Periodismo, profesora de FCOM:

1-¿Existe en Cuba un conflicto generacional?

2- Si existe, ¿está incidiendo negativamente en esta evolución con
vocación socialista?

Alfredo Guevara: Sí hay un conflicto terrible que tienen los jóvenes y
los jóvenes como yo también. Es el conflicto que existe entre el
inmovilismo, la rutina, la inquietud y el tiempo que pasa. Yo pienso
que no es un conflicto generacional, que es un conflicto sin edad.

Nosotros somos parte de la civilización occidental; y el tiempo ha
pasado a ser un problema, porque el cristianismo comenzó a dividir la
historia en pedacitos. Los marxistas estudiamos el modo de producción
asiático, pero también debiéramos estudiar el modo de vida asiático.
Yo, por ejemplo, he tenido la tentación -y no lo he hecho- de
escribirle a Bruno Rodríguez, recomendándole que en el ISRI, antes de
estudiar a Marx, se estudie a Confucio. Porque los chinos no son una
persona, ellos son mi bisabuelo, mi padre, yo, mi hijo, mi nieto…el
sentido del tiempo no es igual que el nuestro. Ellos pueden incluso
sacrificar generaciones para que China sea China. Pero, ¿nosotros
seríamos capaces de eso? Ahí está el problema, cómo aplicar la
solución China, que funciona. Yo creo que debe haber un jueguito
intermedio y que ese sea el que apliquemos, pero no sacrificando
generaciones. Ya bastante nos hemos sacrificado nosotros, no digo
nosotros que tenemos esta edad, sino todos los que siguen, ustedes.

Jaime, 2º Periodismo:

1-¿Qué nos sugiere para enfrentar esos combates que se nos avecinan?

2-¿Cree usted que los jóvenes de hoy gozamos del mismo protagonismo
para desarrollarnos como queremos?

3-¿La sociedad cubana escucha a sus jóvenes?

Alfredo Guevara: Mis profesores me enseñaron mucho, pero lo que más me
enseñaron fue a estudiar porque parte del combate es estudiar. Porque
el combate es interior también, y hay que enriquecerse
permanentemente. Estaré cultivándome hasta el último día y eso es lo
que me permite estar con ustedes.

Yo creo que no los escuchamos como debiéramos y que tenemos que
aprender -mi generación y la que nos sigue, no hablo en nombre de
nadie ni de nada-. Creo que las generaciones mayores tenemos que
aprender a hablar con ustedes, aprender de ustedes, a descubrir los
nuevos lenguajes, la nueva forma de hablar. Con comunistas-
estalinistas no hay modo de comunicarse. Hay que aprender a dialogar
con los jóvenes. Yo vengo a esta reunión a aprender, a saber cuáles
son las inquietudes de ustedes, a recogerlas para mi alma.

Darío Alejandro, 2º Periodismo: ¿Cómo ve el fenómeno de la era digital
en la sociedad cubana?

Alfredo Guevara: Es uno de los problemas más serios que tiene la
vanguardia revolucionaria envejecida. En mi escala, yo soy uno de
ellos. Igual que los oficiales guerrilleros campesinos no podían con
ciertas cosas, yo creo que nuestra generación, nuestro mundo, nuestra
vanguardia, no acaba de comprender; no acaba de entrarle a la
revolución tecnológica digital que se está produciendo en el mundo.

Cuando empezaron a surgir los blogs, lo dije, pero inútilmente -yo
creo que ahora es que empiezan comprender lentamente-, “si surgen 4
blogs contra nosotros, vamos a ser 40 a favor, vamos a hacer 40 aquí
40 allá”. Vamos a llenar el ciberespacio de ideas, pero que no sean
las mismas: la repetición es la muerte. Yo estoy creando un sitio
digital que se está llamando Nuevo Cine Latinoamericano, que va a ser
nuevo cine y todo lo que le dé su real gana; yo quisiera que fuera
como un periódico: es un sueño.

Un sitio, teóricamente de cine, pero es que el cine se interrelaciona
con todas las demás artes, con las humanidades…Depende del talento de
los que me he buscado; tenemos un equipito para meternos en ese mundo.
Esa revista vamos a tratar de sacarla en papel, pero no hay papel. No
hay papel pero hay ciberespacio, y por ahora está descontroladito,
pero nadie sabe lo que puede suceder después…

Profesor de Preparación para la Defensa: Hable sobre la sensibilidad
humana de Fidel y Raúl.

Alfredo Guevara: Yo debería negarme a esta pregunta porque son mis
hermanos. Yo he estado casi toda mi vida, hasta hace unos años, junto
a Fidel. Fidel es un duro de verdad y su coraje es infinito, pero ha
sabido conservar algo que Raúl también tiene y ahora se le empieza a
descubrir a Raúl. Yo creo que ambos dirigentes han sabido ser duros y
han conservado la capacidad de ternura. En el caso de Raúl descubrimos
un Raúl que en las fuerzas armadas es duro; que tolera y decapita.
Pero con la muerte de Vilma se descubrió ese Raúl familiar. Ternura
pero con firmeza.

Rafael 2º Periodismo:

1-Usted hablaba de la creación en la Universidad de grupos de
pensamiento y de acción, pero ¿existe algún tipo de desconfianza
porque los jóvenes se reúnan para cuestionarse o para intercambiar
dudas que tienen?

2-Hay investigadores que han hecho estudios, a los que quizás la alta
dirigencia del país no le haya prestado mucha atención y están
disgregados por la Universidad o diversos Centros de Estudio, ¿qué
opinión tiene al respecto?

Alfredo Guevara: yo no puedo darte una explicación ahora, yo tengo
pendiente un encuentro con el Ministro de Educación Superior para
conversar de algunas cosas. No estoy sobre el terreno, no puedo juzgar
ciertos criterios de la Universidad. Creo -y es una de las cosas que
le voy a plantear- que debiéramos usar mejor a los universitarios, a
los que están cursando estudios y a los ya graduados, que debiéramos
repartirlos en think-tanks; pero de acción también. Yo sé que algunos
think-tanks, por ejemplo, los de la agricultura, van a ser muy
difícil; hemos destruido una capa de la sociedad.

Recuerdo que Fidel, en un momento, dado me planteó que los institutos
técnicos especializados estuvieran cerca de zonas agrícolas
importantes, y ¿saben lo que son hoy día?, institutos de estudio de la
informática. A quién se le ocurre. Es la informática, la informática,
pero dónde están ahora los técnicos de campo para echar a andar la
producción agraria. Yo he oído dirigentes que dicen “primero la
producción”. Bueno sí, pero cómo. ¿Podremos realmente movilizar de
nuevo la agricultura o hacer una agricultura muy de tecnología?

Yo creo que tenemos tantos universitarios…, pero un millón de
universitarios no quiere decir un millón de talentos. Pero 750 mil va
y tienen algo, 500 mil va y tienen un poquito más, 250 mil ya se
siente que valen la pena y 50 mil sirven para hacer una vanguardia.
Descubramos, busquemos y desarrollemos esos talentos, igual que en la
música, por ejemplo. Yo odio el concepto masividad cuando no está bien
pensado, pero sin duda alguna, la masividad repartida regionalmente,
por todas partes, saca el talento. Tú me perdonas, pero yo me quedé
quizás cortico con esta respuesta.

Adonis 4º Periodismo:

1-Opinión sobre el Congreso de la Juventud,

2-¿Qué pasos con voluntad o sin voluntad hay que dar para que en Cuba
la Revolución siga revolucionándose?

3-¿Qué opina del trabajo de los medios cubanos en el contexto de la
campaña mediática, dado que, me parece, abunda mucho la reacción de
los ofendidos y no vemos las ofensas, (para muchos puede ser una
campaña fantasma)?

Alfredo Guevara: Primero yo no sé si es por ser un viejuco o por
cualquier otra razón pero yo no estuve invitado al Congreso de la
Juventud. Yo no sé nada, así que no tengo respuestas.

Campaña mediática: yo escribí una artículo que se titula Noticia y no
noticia. Murió Zapata en huelga de hambre, no debió de morir. Si yo
hubiera tenido el poder haría lo que se está haciendo con Fariñas, que
es un loco; no lo dejo. Ahí empezó la campaña mediática como un acto
de “solidaridad, de humanismo”. Pero no sé si sabes esto -porque
nuestros medios no publican lo que hay que publicar, no aprovechan las
cosas-; murió un estudiante que estuvo preso en una cárcel de Buenos
Aires, en huelga de hambre, justo por esos días. La noticia la
publicaron en Buenos Aires varios periódicos y ahí se quedó. Yo escogí
(en el artículo) una serie de noticias para demostrar cómo las
agencias, que son cuatro o cinco, dominadas por monopolios, controlan
la circulación de las noticias y deciden qué lo es y qué no lo es. Por
qué el muchacho que murió en Buenos Aires no fue utilizado, porque
existe una campaña contra los Kirchner; pero en Argentina, Buenos
Aires es una especie de distrito federal que tiene sus policías, sus
diputados, su justicia y se les murió a ellos, no se le murió a la
Kirchner, de lo contrario toda la prensa se hubiera lanzado.

No te voy a decir que me siento encantado con nuestra prensa, pero ya
en la prensa alternativa mi artículo está colado en La Jiribilla, en Rebelión…

Yo vi una entrevista en la televisión extranjera en la que estaban
directores de grandes periódicos de todo el mundo. La discusión que
fui siguiendo consiste en si la prensa en papel tiene perspectiva. La
nuestra no sé si tiene perspectiva o no tiene perspectiva, pero por
ahora, yo en la Casa del Festival no tengo papel. No hay papel en las
imprentas, y ese papel que está imprimiendo el Instituto Cubano del
Libro, es el mismo de Granma. Es muy valioso para los ecologistas,
pero para los archiveros es una porquería que no tiene nombre. Y los
libros que está publicando el ICL no durarán nada. Ojalá que los
compradores los leas rápido, porque pronto no habrá libro.

Brenda, 3º Comunicación Social: ¿Qué cree Alfredo Guevara de estos
binomios en Cuba hoy: lo mío y lo nuestro, el decir y el hacer, esas
zonas de coherencia y también de contradicción?

Alfredo Guevara: Estamos en una crisis que es de carácter político y
moral, que tiene muchas facetas. Para mí lo más terrible no es el que
se lleva esto o lo otro, lo más terrible es la vacuidad. Lo más
terrible es ir caminando por la calle y no saber si la gente con que
me cruzo son muertos-vivos o personas reales. Para mí, persona es el
que piensa, el que estudia, el que profundiza, el que se plantea
problemas, el que sufre. Estamos en tiempos de crisis y queremos
superar esos tiempos. Esas cosas que están pasando últimamente: que
alguien se apoderan de bienes, revela que el pre-post castrismo no
está solo en el alma de algunos intelectuales, sino que anda por
muchos lugares. Hay quienes se preparan para un capitalismo -espero
que no llegue-, pero no les va a llegar a ellos porque vamos a resistir.

Gallego 5º Periodismo: La institucionalidad parte del cumplimiento de las leyes

1-¿Será posible avanzar hacia una institucionalidad verdaderamente
socialista, mientras en nuestro país se desconoce y no se enseña la
Constitución, mientras no se haga conocer públicamente el trabajo de
la Asamblea Nacional, cuando en nuestra prensa no tiene cabida aún un
trabajo como el de Esteban Morales –que considero revolucionario-?

2-¿Esto a qué se debe a la incapacidad de algunas personas que están
pensando en otros conceptos o a la acción de esos grupos pre-post
castristas que están apalancados en determinados lugares del poder y
que no les conviene realmente discusión, que se fiscalice popularmente
su acción y su trabajo?

Alfredo Guevara: Yo quisiera tener respuestas. Yo creo que vamos
camino de eso más lentamente de lo que yo quisiera; pero que todo lo
que se haga, todo lo que se pueda hacer va a depender de algunos
procesos extremadamente complejos. He pensado mucho cómo se va a
hacer, y no tengo respuestas: pero hay que hacerlo. Está dicho ya
públicamente que sobra un millón de personas en el aparato estatal.
Ese millón de personas no solo sobra, estorba. Ese millón es el que no
deja vivir a la ciudadanía; vas a buscar un permiso en un Ministerio y
pasas por tantas manos. Hay una persona que conozco que ya tiene
lograda su permuta y tiene que esperar 3 meses, pero si da 500cuc se
lo dan al día siguiente. Porque como tienen que vivir porque con 200
o300 pesos no se va a ninguna parte, se ha producido un fenómeno de
corrupción generalizada: unos cobran 5 pesos, otros 10, otros 15 y
este quiere 500.

Sin dudas que ya se estén planteando tan abiertamente estos problemas,
hace pensar que vamos a avanzar. Ojalá que marchen. Muchos estudiantes
y profesores de Derecho también se están planteando esta inquietud, y
hay personas que debían ser más oídas, pues están planteando el
problema no solo en la Constitución, que ya es mucho decir…Esperemos…

Maydelis 4º Periodismo:

1-¿Qué debería modificar el periodismo cubano para lograr un Noticiero
como el Noticiero ICAIC Latinoamericano?

2- Ud. habla de una prensa alternativa donde ha publicado varias
cosas, pero yo no considero que aquí en Cuba, Internet llegue a la
mayoría de los cubanos. Usted es Alfredo Guevara y si usted dice en
Juventud Rebelde o en Granma que quiere escribir lo que piensa, no le
dirían que no. ¿Por qué no se propone llegar a más cantidad de
personas a través de esos medios impresos que todavía existen?

Alfredo Guevara: Voy a empezar por el final, no te hagas ilusiones
porque yo no me las hago. Yo he tenido que esperar hasta diez días
para que me publiquen algo en un periódico al que mandé un artículo,
que finalmente se publicó. Yo no quise utilizar el poder, porque,
curiosamente, ese artículo, que demoraron tanto en publicar, lo había
leído en mi casa Raúl Castro, y yo no lo dije nunca. Yo los dejé
demorarse, los dejé hacerme la vida imposible y ni siquiera cuando me
lo publicaron les dije que ese artículo, que les había costado tanto
trabajo aprobar, lo había leído originalmente Raúl. No es nada fácil y
pronto tendrás que lidiar con el disparate.

Yo creo que para lograr que los noticieros de la imagen se inspiren en
ideas como las que dio lugar al Noticiero ICAIC Latinoamericano
tendrían que tener un Santiago Álvarez, pero Santiagos Álvarez hay
potencialmente, a lo mejor hay algunos entre ustedes. Pero para que
ese Santiago Álvarez llegue a poder hacer noticieros tienen que
desaparecer todos los estúpidos, todos los imbéciles y todos los
ignorantes que ocupan hoy cargos. Hay que luchar por eso.

Mirtha 2º Periodismo: ¿Cuánto hace falta en nuestro discurso
revolucionario el arte?

Alfredo Guevara: Pienso que la poesía está en todas partes, está en ti
que estás haciendo ese planteamiento y está en muchos. Yo creo que la
tarea del intelectual, de ustedes en formación, de los ya formados, es
inundar el mundo de belleza, inundar el mundo de poesía, bondad,
justicia. Hacer ese pequeño acercamiento que queremos hacer los seres
humanos a la verdad.

Gabriel 4º Sociología (Uruguay):

¿Qué estrategias podría tener el sector de la juventud cubana
patriótico, pero que está un poquito asqueado de cosas que aparecen
diariamente y que conducen a la apatía (decir que las cosas no se
resuelven que no se solucionan)…?

Alfredo Guevara: Yo no soy el Papa, tampoco soy miembro del Buró
Político, menos aún de la dirección de la Juventud Comunista o de la
FEU. Yo sí te puedo decir que en las universidades y las reuniones con
los jóvenes siempre me pasa lo que me ha pasado aquí: todo el mundo
abierto, diciendo lo que piensa, y yo dando respuestas hasta donde
puedo. Los jóvenes me hablan con franqueza, yo les hablo con
franqueza. Siempre he planteado que jamás seré yo quien recomiende la
prudencia; el que no sea audaz y combativo, allá él. Yo me he pasado
la vida luchando. El resto pregúntaselo a los dirigentes de la
Juventud, del Buró Político; yo no puedo hablar en nombre de ellos,
pero lo único que te puedo contestar es el ejemplo que doy: siempre
abierto a discutir con los jóvenes en todas partes.

Miriam Rodríguez, profesora FCOM: En reciente entrevista con el
periodista de Holguín, Leandro Estupiñán, usted hablaba de la
necesidad de que el movimiento histórico de su generación escribiera
sus testimonios sobre determinadas etapas ¿Está usted escribiendo?

Alfredo Guevara: Después que regresé de Europa y tras 10 años
dirigiendo de nuevo el ICAIC, yo le pedí a Fidel que me liberara
-aseguro que era liberación de verdad- y el argumento era que los
últimos años yo los quería dedicar a escribir. Es decir, dirigir el
Festival, tratar de construir una especie de Cinemateca digital de
cine latinoamericano -que lo estoy haciendo- y escribir. Acá he
publicado cinco libros; tengo la suerte de tener una editorial
española que me financia y la condición que pongo es que la mitad de
la edición para España, y que la vendan en euros, y la otra mitad para
Cuba. Seguramente algunas cosas serán publicables después de… más
tarde digamos. Pero prácticamente todo se está publicando…, pero voy a
seguir así en los días que me quedan, menos tiempo que a ustedes, pero
les aseguro que los voy a aprovechar muy bien.

Impresiones del encuentro

Alfredo Guevara: Yo la paso bien siempre que estoy con jóvenes, yo lo
que no quiero es una reunión de viejucos, el viejuco soy yo. Entonces
siempre que esté rodeado de jóvenes estoy feliz y siempre que sean
francos conmigo y me permitan ser francos con ellos… bueno es lo
poquito que puedo dar y es lo que doy.





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